La sorprendí jugando con su gata,
y contemplar causóme maravilla
la mano blanca con la blanca pata,
...de la tarde a la luz que apenas brilla.
¡Como supo esconder la mojigata,
del mitón tras la negra redecilla,
la punta de marfil que juega y mata,
con acerados tintes de cuchilla!
Melindrosa a la par por su compañera
ocultaba también la garra fiera;
y al rodar (abrazadas) por la alfombra,
un sonoro reír cruzó el ambiente
del salón… y brillaron de repente
¡cuatro puntos de fósforo en la sombra!
Paul Verlaine
Hola, soy seguidora de tu blog pero hasta ahora no me había atrevido a escribirte. Tengo dos gatos y los adoro. Me encantaría mandarte alguna fotillo para tu sección de gatos amigos ;) pero no me sale. No veo cómo hacerlo, seguiré intentándolo no obstante. Felicidades por tu blog, tiene mucho talento, clase y distinción. Como los gatos :)
ResponderEliminarNunca había leido el poema entero, sólo la primera estrofa.
ResponderEliminarMuy bonito.