La figura del cuerpo y el temperamento concuerdan con la índole: el gato es pulido, ligero , diestro i voluptuoso y aseado; gusta de sus comodidades, y busca los muebles mas mullidos y blandos para echarse y retozar en ellos. Las gatas tienen sumo cuidado de sus hijuelos; mas por una estravagancia incomprensible, estas mismas madres tan solícitas y tiernas, se hacen á veces «ruines y desnaturalizadas , devorando la prole que tanto amaban. Los gatillos son alegres, vivos y donosos, y serían muy á propósito para divertir á los niños, si no fuesen tan temibles sus araños; pero sus juegos, aunque siempre ligeros y graciosos, nunca son inocentes, y bien pronto degeneran en malignidad habitual; y como solo puedes ejercer sus talentos con ventaja en los animales mas pequeños, se ponen en espera cerca de una jaula ó de un agujero, atisvan á los pájaros, ratones y ratas, y por ellos mismos y sin ninguna instruccion se hacen mas diestros y hábiles cazadores que los perros mejor adiestrados.
La causa mas inmediata de la inclinacion que tienen á acechar y sorprender á los demas animales, procede de la ventaja que les da la estructura particular de sus ojos. La pupila en el hombre, y en la mayor parte de los animales es capaz de contraccion y dilatacion, ensanchándose un poco cuando la luz es escasa, y estrechándose cuando es demasiado viva. En los ojos de los gatos y de las aves nocturnas, la contraccion y la dilatacion son tan considerables, que la pupila que en la obscuridad es ancha y redonda, en medio del día se hace larga y angosta como una línea; por lo cual estos animales ven mejor de noche que de dia , como se observa en los mochuelos, los buhos y otros, pues la figura de la pupila es siempre redonda cuando no está contraida; y por consiguiente hay una contraccion continua en el ojo del gato durante el dia; de suerte que, habiendo mucha luz no ve, por decirlo así, sino á costa de esfuerzos, en vez de que en los crepúsculos, recobrando la pupila su estado natural, ve perfectamente, y se aprovecha de esta ventaja para descubrir, acometer y arrojarse sobre los otros anímales.
Aunque los gatos habitan en nuestras casas, no se puede decir que son animales enteramente domesticos, pues los mas familiares y mansos gustan poco de sujecion; tampoco puede decirse que son del todo libres: en una palabra, no son sino lo que quieren ser, y nadie es capaz de hacerlos permanecer donde rehusan estar. Ademas, la mayor parte de ellos son medio monteses, no conocen á sus amos , ni frecuentan mas que los desvanes ó tejados, y á veces la cocina cuando el hambre los aqueja. Sin embargo de que se crian en las casas mas gatos que perros, como se les trata poco, su mayor número hace menos impresion, y de esto nace que cobran menos cariño á las personas que á las habitaciones: si los transportan á distancias considerables, como de una ó dos leguas, se vuelven por sí solos á su desvan; lo cual hacen probablemente, porque conocen todos los nidos de ratones, todas las salidas y entradas; y porque el trabajo del camino es menor que el que tendrian para adquirir el mismo conocimiento y las mismas proporciones en otra parte. Temen el agua, el frío, y les desagradan los malos olores: gustan de estar al sol : procuran abrigarse en los parages mas calientes, junto á las chimeneas y en los hornos: tambien les agradan los perfumes, y se dejan coger y acariciar por las personas que los usan. El olor de la planta conocida con el nombre de yerba gatuna, les causa una emocion tan fuerte y deliciosa que parecen enajenados de placer; y así para conservar esta planta en los jardines es forzoso rodearla con una empalizada cerrada, pues los gatos la huelen de lejos, acuden a revolcarse en ella, y pasan tantas veces por encima que la destruyen en poco tiempo.
A pesar del carácter falso y natural perverso de este animal no ha faltada quien haya hecho su panegírico: pues Mr. Moncrif publicó, mas de treinta años ha, un grueso volúmen en elogio del gato, y no dudó darle la preferencia sobre el perro; pero su opinion, no menos ridicula que contraria á la verdad, está suficientemente desmentida por el buen juicio y por los naturalistas mas sabios.
En efecto, la desconfianza perpetua en que el gato vive respecto al hombre, basta solamente para destruir todo objeto de comparacion. La picardía de este animal, su instinto limitado únicamente á coger ratones, su resistencia para domesticarse, de lo que casi todos los demas animales son susceptibles, el olor fétido que comunica á las casas, su cara hipócrita, y su caracter de tigre, su glotonería, sus mahullidos insoportables y sus continuos robos, todo forma en él un monstruo medio domesticado y un enemigo casero. En suma, el gato tiene el carácter de un cortesano, y el perro el de un amigo: interesado el primero sigue la suerte de la posesion, é invariable el segundo la de su dueño. ¿Será pues preferible un pérfido cortesano á un fiel amigo?
Reflexiones sobre la naturaleza / escritas en alemán para todos los días del año por M. C. C. Sturm ; aumentadas y dadas a luz metódicamente en francés con el título de Lecciones de la naturaleza por Mr. Luis Cousin Despréaux, Madrid : Libreria de A. Miyár, 1826 (Imp. de D. Miguel de Burgos). Pág 342-348.
¡QUE BELLO EL ASUNTO DE LOS GATOS! ¡QUE NATURALEZA TAN HERMOSA QUE NOS OFRECIO DIOS! GRACIAS DE VERDAD EN MI VIDA 58AÑ HE TENIDO COMO UNOS 200 APROXIMADAMENTE. ME HAN ADORADO AL PUNTO DE DECIRME TE AMO MAMA, ABUELA, HERMANA ETC. GRACIAS POR ESTA BELLA E INTERESANTE INFORMACION
ResponderEliminarson un amor los gatitos los adoro¡¡
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