En ese momento, una de sus colecciones menos conocida, compuesta por alrededor de 50 guardianes implacables, se desliza sigilosamente sobre sus acolchadas patas, paseando entre las estatuas y otras piezas de valor incalculable, dispuestos a detectar cualquier anomalía que tenga lugar en el palacio, preservando los tesoros del museo de la indeseable presencia de ratas y otros roedores. Es la guardia pretoriana del Hermitage.
La presencia de este silencioso ejército en el Palacio de Invierno se remonta a 1745, cuando la princesa Elizabeth Petrovna, hija de Pedro I el Grande, estampa su firma en un decreto ordenando "localizar en Kazan (ciudad situada a 800 Km. al este de Moscú) los mejores y más grandes gatos, y enviarlos a la Corte de Su Majestad, acompañados de una persona encargada de velar por su cuidado y salud". Poco a poco, creció una numerosa población de gatos que mantenía a raya a las ratas en el Palacio. Sin embargo, vinieron tiempos difíciles. Si bien su presencia no se vio afectada en demasía por la Revolución de 1917, estuvieron a punto de desaparecer durante el sitio de Leningrado, anterior nombre de San Petersburgo, en la Segunda Guerra Mundial. Alrededor de un millón de personas murieron durante el sitio a la ciudad por parte de las tropas alemanas, y los animales, incluídos gatos y perros, salvaron a muchos ciudadanos de una muerte segura por inanición. La leyenda dice que, pasada la guerra, un tren especial recorrió toda Rusia reclutando gatos para la conservación y mantenimiento de los palacios.
Con motivo de la existencia de estos animales, el Museo tiene un día de fiesta al año dedicado a sus gatos. La organiza el Club Internacional de Peterburgueses, y con motivo de ella se abren al público los sótanos del Palacio de Invierno, donde los visitantes pueden contemplar exposiciones temáticas dedicadas a los pequeños felinos del Hermitage, y a los propios mininos.
¡¡Ooooh!!
ResponderEliminar¡¡¡Quiero ir a ese museooooo!!!
¡¡Me encanta, tienen a los gatitos super cuidados y hasta tienen un fondo para alimentarlos y llevarles al veterinario!!
Decidido, mi próxima visita internacional, San Petesburgo.
Dudaba entre ella y Moscú, pero los gatos han inclinado la balanza.
Yo con gatos o sin ellos también quiero ir, tiene que ser impresionante, tanto la ciudad como el museo. Ve mirando la fecha en que cae el día gatuno y vamos, jiji
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