Los gatos alados son aquellos que presentan apéndices con forma de alas. Hay tres causas diferentes para la existencia de estas falsas alas:
1- La más común, que se da en gatos de pelo largo. El propio pelo del gato puede formar en el lomo y los flancos del animal enormes enredos si no está debidamente cuidado. Con menor frecuencia, los enredos pueden aparecer también en gatos de pelo corto. Dichos nudos se van uniendo unos a otros a lo largo del tiempo formando una masa que da la impresión de ser alas. Los nudos pueden ser muy incómodos para el gato y nocivos para su salud, pues albergan suciedad y parásitos.
2- La segunda explicación es una afección de la piel llamada astenia cutánea felina o FCA ("piel débil"), que se relaciona con Síndrome de Ehlers-Danlos ("de la piel elástica") en el ser humano. Es una deformidad de la piel caracterizada por anomalías en la elasticidad. Esta enfermedad se debe a un defecto en el colágeno. El colágeno es la proteína que hace que las células de la dermis permanezcan unidas. Un gen recesivo forma la astenia y se ha identificado que en los gatos siameses y de angora es más frecuente. En los gatos que padecen de FCA, los apéndices sólo aparecen en los hombros, muslos o la espalda. La astenia hace que la piel crezca de forma descontrolada y con el tiempo puede llegar a cicatrizar y crear extensiones rígidas a modo de un par de alas abiertas. Los animales con FCA pueden mover sus alas en ocasiones, lo que sugiere la presencia de tejido neuromuscular en las alas, pero en ningún caso la capacidad de volar, ya que las protuberancias carecen por completo de huesos. La colgajos de piel pueden desprenderse muy fácilmente por la falta de colágeno, a menudo sin causar sangrado. Esto explica por qué los gatos con dicha condición "muden" sus alas.
3- La tercera explicación es que las pseudoalas son articulaciones o extremidades supernumerarias. Éstas son no funcionales, se trata de extremidades adicionales que surgen en partes inverosímiles del cuerpo y que se asemejan a las alas.
Hay más de 138 avistamientos de animales con este problema. De ellos, más de 30 casos están documentados con pruebas físicas y al menos existen 20 fotografías y un vídeo. Además, existen casos de gatos alados disecados.
Por lo expuesto hasta ahora, esta criatura no entraría totalmente en la categoría de Criptozoología -se podría considerar más bien una “criatura extraña”-, pero su leyenda y su presencia entre nosotros es muy fuerte. Los gatos alados se documentan por primera vez en la Edad Media; como era de esperar, de inmediato fueron tildados de ser criaturas diabólicas y perseguidas, para después arrojarlos a la hoguera. Según cuenta la leyenda, solo sobrevivieron gracias a que algunos especimenes fueron acogidos en un convento cercano a Florencia, quedando al cuidado de piadosos monjes, pudiendo los gatos volar seguros dentro de los muros del convento, lejos y a salvo de los inquisidores. Ya a principios del siglo XIX, salieron a la luz textos iluminados medievales y grabados que mostraban a estos felinos alados: entonces los estudiosos pensaron en dichos grabados como muestras del bestiario imaginario de los supersticiosos hombres del medioevo y nada más. La leyenda medieval daba como hecho el que estos gatos podían volar. De hecho incluso hoy en día existen testimonios de personas que aseguran haber visto a gatos alados volando, y muchos otros más, en los que usan sus “alas” para planear. Existen varias posibles explicaciones para considerar ese "vuelo" como el de que los colgajos se muevan al correr el animal, dando la sensación óptica de alas batiéndose.
En el siglo XIX estos animales pasaron de ser atracciones de feria a curiosidades científicas. Uno de los primeros animales de los que se informó su existencia apareció en la India en 1868. Fue abatido por Alexander Gibson y la piel se expuso en una reunión de la Sociedad Asiática de Bombay. Gibson afirmó que se trataba de un gato, pero otros socios se decantaron por que se trataba de un zorro volador (un tipo de murciélago). La primera evidencia fotográfica de "gatos alados" parece haber ocurrido en 1890 en Manchester, Inglaterra y desde entonces ha habido muchos otros testimonios, certificados por expertos fotógrafos y veterinarios. En agosto de 1894, un gato con alas semejantes a las de un patito se exhibió por David Badcock en Cambridgeshire, Inglaterra. En 1897 un gato con alas fue asesinado a tiros en Matlock, Derbyshire; los testigos alegaron que el gato utilizaba las alas abiertas para ayudarse a correr más rápido. En 1899, una revista londinense informaba de la existencia de un gatito que pertenecía a una mujer en Wiveliscombe, Inglaterra.
Ya en los años 30 del siglo XX, fue encontrado en el interior del patio de una empresa de construcción otro ejemplar en Trafford Park, Manchester. Tenía una cola ancha y aplastada. En la prensa del momento se cuenta: "El gato tiene en su parte trasera dos apéndices que recuerdan al observador a las alas de un pollo desplumado. Estos apéndices son duros, de unas seis u ocho pulgadas de largo, y se sitúan en el lugar de las de las aves". Lamentablemente alguien trató de cortar las alas con consecuencias fatales para el gato. En 1933 un gato blanco y negro con alas fue avistado en Oxford, Inglaterra, por Hughes Griffiths. Ella alegó que el animal utilizaba sus alas de 6 pulgadas para ayudarse en saltos de largas distancias. El animal fue capturado y expuesto durante un tiempo en el Zoo de Oxford. En 1936, un gato alado fue encontrado en una granja cerca de Portpatrick, Escocia. Se trataba de un gato blanco de pelo largo con alas de15 cm de largo y 7,5 cm de ancho. En 1939, "Sally", un gato blanco y negro con una envergadura de 24 pulgadas fue vendido a un museo de Blackpool.
En 1950, una gata tortuga llamada Sandy se expuso en un carnaval en Sutton, Nottinghamshire. En 1959 Juan Priego informaba de una gata de angora gris madrileña "Angolina", a la que le habían crecido un par de grandes y mullidas alas. En mayo de 1959, un gato persa con alas fue capturado cerca de Pinesville, Virginia Occidental. El buscador, Douglas Shelton se encontró más tarde con que la Sra. Charles Hicks reclamaba el gato, alegando que era suyo y lo había perdido. La custodia de Mitzi llegó a los tribunales. Para cuando se celebró su juicio el gato había perdido las alas.
En 1966, un gato con alas de Alfred, Ontario, Canadá resultó muerto y fue examinado por científicos de la Escuela Agrícola Kemptville. En 1967 el periódico "El Gato" informaba de la existencia de un gato persa de cuya piel salían protuberancias que se asemejan a alas. En 1970, JA Sandford de Wallingford, Connecticut, vio un gato con alas en el jardín de un vecino, el gato, al igual que otro hallado en 1986 en Anglesey, Reino Unido, mudaba las alas cada año.
Durante la década de los 1990 siguieron apareciendo casos de estos extraños animales, cosa que continúa hasta nuestros días. Cabe destacar el trabajo del zoólogo británico Dr. Karl Shuker se convirtió en la primera persona que vinculó las historias de gatos alados aparecidos en los medios de comunicación y populares con los informes sobre astenia cutánea de la literatura veterinaria . La publicación de sus conclusiones fueron una serie de artículos aparecidos en varias revistas, incluyendo Fortean Times, Destiny, El Mundo del Gato, y Todo sobre Gatos. En 2008, el Dr. Shuker publicó la más completa documentación de gatos alados que existe en la actualidad, con casos inéditos y fotografías.
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