Aunque el gato doméstico lleva conviviendo con los seres humanos probablemente desde hace unos seis mil años, todavía hoy sigue siendo un enigma en muchos aspectos1. Sin embargo, debido a la enorme popularidad que ha adquirido en los países desarrollados en los últimos veinte años, los conocimientos sobre esta especie han sufrido una importante evolución y merece la pena comentarlos.
DESARROLLO DE LA CONDUCTA EN GATOS
Existen varios periodos en el desarrollo de la conducta que van muy ligados aldesarrollo orgánico general del gato.
1. Prenatal (antes del nacimiento): se sabe que los hijos de madres desnutridas durante la gestación exhiben más conductas agresivas a los 4 meses de edad que los procedentes de madres bien alimentadas2 y presentan una conducta de juego inapropiada3.
2. Neonatal (del nacimiento a las dos semanas de edad): los gatitos son totalmente dependientes de la madre durante este periodo y pasan la mayor parte del tiempo durmiendo y comiendo. La estimulación perineal es necesaria para la micción y defecación.
3. Transicional (entre las dos y tres semanas de edad): es un periodo de rápido desarrollo físico y conductual en el que los sentidos van adquiriendo su desarrollo completo.
4. Socialización (entre las tres y las nueve o diez semanas de edad): periodo más corto que el mismo en los perros (acaba entre las doce y catorce semanas de edad). Normalmente es el momento en que el gato es llevado a su nuevo hogar. Durante este periodo se produce el destete de los gatitos y este momento tiene repercusiones importantes sobre la conducta del animal. Así, se sabe que un destete temprano (a las cuatro semanas de edad) puede provocar una aparición prematura de la conducta predatoria y del juego con objetos en sustitución del juego social, mientras que el destete tardío (con más de nueve semanas de edad) retarda la aparición de la conducta predatoria y reduce el comportamiento de matar presas. En las primeras cuatro semanas de vida es fundamental el contacto social entre los gatitos y la madre. La falta de este contacto puede provocar anormalidades físicas, emocionales y de conducta.
5. Juvenil (entre las diez semanas de edad y la madurez sexual): durante este periodo los patrones básicos de conducta de los gatos no sufren cambios importantes. Sin embargo, se produce un desarrollo importante de las habilidades motoras y de la coordinación. Los gatitos se hacen cada vez más independientes.
6. Adulto: un aspecto importante en el desarrollo de la conducta de los gatos es que no se considera que sean maduros socialmente y, por tanto, adultos hasta que no alcanzan los tres o cuatro años de edad.
7. Senior: en el gato de edad avanzada los cambios que se producen en su conducta son debidos a un declive tanto en sus habilidades cognitivas como en su estado físico.
A través de estudios realizados en gatos de laboratorio, se ha llegado a la caracterización de dos o tres tipos (según los autores) distintos de personalidad en el gato en relación a su interacción con las personas:
1. sociable, seguro y extrovertido4,5,6.
2. tímido, retraído y esquivo4,5,6.
3. activo y agresivo4,5.
Estos distintos tipos también se observan en los gatos que conviven con sus propietarios, de forma que hay algunos animales que a pesar de darles la mejor socialización posible, nunca llegan a ser animales afectuosos o amigables. La existencia de estas diferencias parece deberse a la influencia de varios factores:
- interacción con la madre4.
- personalidad o carácter del padre3,4,6.
- socialización y experiencias tempranas con personas3,4,5.
De ellos, el último parece tener una importancia fundamental, ya que si la socialización con humanos tiene lugar desde antes de las nueve semanas de edad, la tendencia de los gatitos a aproximarse a las personas y a dejarse coger por ellas es mayor y se mantiene en la etapa adulta5.
Comúnmente se ha hablado del gato como una especie asocial, es decir, que vive una existencia solitaria, limitando sus relaciones con otros miembros de la especie a la época de reproducción y a las relaciones entre la madre y los gatitos. Sin embargo, últimamente, las observaciones realizadas en diferentes grupos de gatos han llevado a pensar en la conducta social del gato como una conducta flexible y adaptable a las diferentes circunstancias del entorno, principalmente la disponibilidad de comida7.
Aunque una parte importante del comportamiento del gato (por ejemplo, la conducta predatoria) no ha sido modificado por el proceso de la domesticación y el consecuente mantenimiento de los gatos en convivencia con las personas, la conducta social si se ha visto afectada por este proceso, habiendo tenido un efecto muy importante en las relaciones que establecen los gatos tanto con otros gatos como con los humanos. Un aspecto que puede ser decisivo de este proceso es la densidad de animales que normalmente encontramos en los hogares. Mientras que en gatos asilvestrados en entornos rurales la densidad de población puede variar entre 5 y 50 animales por km2, en el entorno urbano se han llegado a contabilizar hasta 2000 gatos por km2. Si concretamos más aún, en muchos hogares y criaderos los propietarios pueden mantener a 4 ó 5 gatos en 200 m2, lo que equivaldría a una densidad de animales por km2 de 250008!! Tales densidades de animales suponen cambios importantes en las estructuras sociales originarias de los gatos, modificando sus relaciones entre gatos y con las personas.
Relaciones gato-gato
Se ha observado en las colonias que forman estos animales, que son capaces de reconocer a los miembros de la colonia de los que no lo son. Los gatos miembros de la colonia muestran agresividad hacia los no miembros y no se les permite aproximarse o entrar en el grupo, Sin embargo, si un animal es persistente en sus intentos de unirse a la colonia, a veces puede llegar a formar parte de ella, pero sólo después de un proceso gradual que implica múltiples interacciones con los gatos miembros. Entre los gatos miembros, las relaciones no son todas iguales, sino que se ha observado que algunos animales prefieren más a otros en concreto, formando “sociedades preferidas”7 o “relaciones preferidas”8. Normalmente no suelen existir preferencias por sexo en estas relaciones, de forma que podemos ver relaciones macho-macho, macho-hembra o hembra-hembra. La única excepción son los gatos machos enteros en los cuales el número de interacciones entre ellos es mucho menor, probablemente por la competitividad sexual7.
Entre los gatos de la colonia y especialmente entre los “socios preferidos”, se observan toda una serie de interacciones que indican la familiaridad con el otro individuo y que establecen lazos estrechos entre ellos, principalmente por el intercambio de olores.
Algunas de estas conductas son:
-lavado mutuo (allogrooming)
-frotado mutuo (allorubbing)
-jugar juntos
-correr juntos
-tumbarse y dormir juntos
Sin embargo, en un estudio realizado en gatos castrados mantenidos en el interior de viviendas9, sin acceso a la calle, se observó que la frecuencia del frotado mutuo era menor que la observada en animales con acceso al exterior o que vivían en la calle. Parece ser que esto se debe a que dentro de una casa los olores permanecen más estables, no siendo necesario el frotado para restablecer la familiaridad de olores. Por tanto, en las relaciones entre gatos uno de los aspectos fundamentales es la familiaridad que existe entre ellos, determinada en gran parte por un “olor común” dentro del grupo. Cuanto más tiempo llevan conviviendo juntos los gatos más difícil es que manifiesten agresividad entre ellos7. Esto va a tener una importancia grande a la hora de introducir animales nuevos en un grupo ya establecido, como veremos en la siguiente charla.
Por lo que respecta a la jerarquía entre los gatos de un grupo o colonia, parece ser que en grupos pequeños de tres o cuatro gatos normalmente se establece una jerarquía lineal y simple, mientras que en grupos mayores esta jerarquía es más compleja y en muchos casos no se basa únicamente en el tamaño, edad o sexo de los animales.
Relaciones gato-hombre
Según algunos autores, las relaciones hombre-gato no se ajustan a una estructura social jerárquica, o incluso ni siquiera pseudo-jerárquica, sino que el gato parece usar cada comportamiento que conoce para desarrollar una serie de rituales interpersonales y rutinas con las personas, muchas de ellas derivadas del aprendizaje y la aculturación tanto por parte del gato (por ejemplo, subirse al regazo de los dueños mientras ven las televisión, adaptar el ciclo de vigilia-sueño a la actividad de los propietarios, etc.) como por parte de las personas (por ejemplo, alimentar al gato cuando maúlla, levantarse por la noche cuando el gato pide comida o salir fuera, etc.)8.
En cualquier caso, parece que la relación que establecen con nosotros es un reflejo de la que establecen con otros gatos. Así, podemos observar el frotamiento contra nuestras piernas al volver a casa, lo que supondría una conducta de bienvenida igual a la usada con otros miembros de su especie o la reciprocidad al acariciarlos en la cabeza y el cuello, como ocurre también entre los gatos del mismo grupo. En cuanto a este último ejemplo, hay autores que piensan que la agresividad que muestran algunos gatos ante las caricias de sus propietarios estaría motivada en parte por acariciar zonas del cuerpo que no son las típicas de la conducta intraespecífica7. Otros comportamientos que se suelen dar entre los gatos y las personas son aquellos considerados como infantiles o neoténicos, es decir como haría un gatito con su madre (por ejemplo, amasar, ronronear o chupar)8. También se observan conductas dirigidas hacia las personas que normalmente están reservadas para objetos del entorno (por ejemplo, rascar en los pantalones del dueño, subirse a sus hombros, etc.)8.
Es de suponer también que en las relaciones con sus propietarios los gatos establecerán preferencias, al igual que ocurría con los “socios preferidos” dentro de las colonias de gatos, como hemos visto anteriormente. Sin embargo no conviene caer en el antropomorfismo, de forma que interpretar una conducta como la de traer presas a casa como que el gato está trayendo un presente o regalo al dueño, sería falso, según algunos autores. Según ellos, el gato trae la comida a casa porque es el lugar preferido para alimentarse8 (...).
1. Serpell JA. Domestication and history of the cat. In Turner DC, Bateson P (eds.)
The domestic cat: the biology of its behaviour. 2nd ed. Cambridge University
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3. Overall KL. How understanding normal cat behavior can help prevent behavior
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7. Crowell-Davis SL, Curtis TM, Knowles RJ. Social organization in the cat: a
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8. Dehasse JJM, De Buyser C. Socio-ecology of the domestic cat. Prat Med Chir
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12. Neilson J. Thinking outside the box: feline elimination. J Fel Med Surg 2004; 6:
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