El anciano rey de un remoto país se resistía a abandonar el trono, pero prometió dejárselo a aquel de sus tres hijos que le trajera, en el plazo de un año, el perro más pequeño y más bonito del mundo.
El hijo más joven, montado en su caballo Diamante Negro, lo buscó por todas partes y por último se encontró en una tierra agreste y extraña, donde le sorprendió una terrible tormenta. Pero el caballo consiguió abrirse camino a través de la tormenta, hasta llegar a un castillo en el que cada ventana brillaba como mismo sol, y donde se oía una música tan dulce que hasta los truenos callaron.
El príncipe hizo sonar la campana de la puerta, tirando de una cadena de diamantes, e inmediatamente sintió que manos invisibles le hacían entrar al patio del castillo. Las manos invisibles condujeron al caballo a los establos e hicieron entrar al príncipe en el castillo, donde le quitaron sus ropas mojadas, le vistieron con un espléndido traje y le sirvieron un suntuoso banquete. Comió con gran apetito y se disponía a beber vino en una copa de cristal, cuando entró en la habitación una hermosa gata blanca. Un velo plateado le colgaba a la espalda, y el resto de sus ropas indicaba que se trataba de una gata de alta alcurnia. Al entrar, caminaba con tanta dignidad, que el príncipe se levantó a saludarla.
La gata se sentó en un cojín de tela dorada y escuchó la historia del príncipe. Luego le invitó a beber vino de la copa de cristal. El príncipe obedeció y al instante olvidó todo lo referente a su búsqueda. Durante casi un año permaneció con la gata blanca en su magnífico castillo, y las manos invisibles atendían todas sus necesidades. De día salía a cabalgar en Diamante Negro, con la gata a su lado montada en un mono blanco, y por las noches ella le cantaba canciones con la voz más dulce que se pueda imaginar.
Cuando estaba a punto de cumplirse un año, ella le recordó su empresa y le dio una bellota para que se la diera a su padre. El príncipe se rió de la idea de un perro tan pequeño como para caber en una bellota, pero al abrirla en la corte de su padre, salió de ella el perro más pequeño del mundo, dando agudos ladridos.
Decidido a mantenerse en el trono, el rey envió a sus hijos a buscar una gasa tan fina que pasara por el ojo de una aguja.
El príncipe volvió a montar en Diamante Negro y regresó al castillo de la Gata Blanca, que le pareció aún más hermoso y brillante que antes. Una vez más, bebió vino en la copa de cristal y pasó casi un año con la gata. Cuando llegó casi el momento de partir, la gata le entregó una nuez. Dentro de la nuez había una avellana, y dentro de la avellana un grano de trigo, y dentro del grano de trigo un grano de mijo, y en el interior del grano de mijo había un tira de gasa tan fina que podía deslizarse sin dificultad por el ojo de un aguja.
El rey no pudo negar que el príncipe había triunfado en las dos pruebas, pero aún maquinó una última condición para sus hijos. El trono sería para aquel que regresara con la novia más hermosa.
Una vez más, el príncipe volvió al castillo de la Gata Blanca, y al aproximarse vio que la ventanas brillaban con la luz más viva que jamás había visto. De las almenas se lanzaron fuegos artificiales, y las flores del patio interior volaron a sus pies para servirle de alfombra.
Como de costumbre, las manos invisibles se encargaron de él y de su caballo y le sirvieron un banquete. La Gata Blanca acudió a darle la bienvenida. Al príncipe le pareció más hermosa que nunca, pero cuando le contó que esta vez buscaba una novia, la Gata suspiró tristemente. No obstante, le invitó a beber una vez más, y de nuevo pasaron juntos casi un año juntos.
Cuando se acercó el momento de la partida, la Gata le hizo prometer que le haría un favor. Él aceptó inmediatamente, pero quedó horrorizado cuando ella le pidió que le cortase la cabeza.
“¡Nunca!” – protestó- “¡Nunca! ¡Pues te amo más que a cualquier mujer!”
Pero ella insistió en que cumpliera su promesa, y con gran dolor el príncipe desenvainó su espada y le cortó la cabeza. Al punto se transformó en la muchacha más hermosa del mundo, y todos sus sirvientes cobraron forma humana.
Entonces le contó que un maligno brujo la había hechizado, pero que ahora el hechizo estaba roto y podría volver a ser reina de su propio país. Y el príncipe nunca regresó a la corte de su padre. Vivieron felices el resto de sus días como rey y reina del Castillo de la Gata Blanca.
martes, 26 de mayo de 2009
El Castillo de la Gata Blanca.
PAGE, M. E INGPEN, R. Enciclopedia de las cosas que nunca existieron. Ed. Anaya, Madrid, 1986.
Enviado por Beíta
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¡Gracias por encontrar este cuento tan bonito, Bea!indagando me he enterado de que es la adaptación de uno francés del siglo XVII, que se llama "Gatablanca". Más tarde le pongo para que podamos compararle.
ResponderEliminar¡Un placer!
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado, siempre ha sido un cuento que me ha gustado mucho, así que, ¿qué mejor que compartirlo?
Espero con impaciencia la versión original francesa.
Pronto la pondré, creo que para mañana ya etndré el post completo.
ResponderEliminarAhora ya sabes porque me gusta tanto las gatas blancas jajajaja
ResponderEliminarFanny
Agradezco que compartan este cuento, tenia tiempo de buscarlo, le he pprometido a mi hija contarle un cuento nuevo todos los dias y este se lo habia prometido de tiempo atras. Note en los comentarios previos que existe el original, si pueden facilitarmelo se los agradezoc
ResponderEliminarGracias a tí por seguir el blog. Por el momento no he conseguido el relato original en castellano, asi que debo traducirlo. Por ese motivo tardaré un poco en publicarlo, puesto que lo voy haciendo a ratitos perdidos. Pero espero que pronto esté listo.
ResponderEliminarEs un hermoso cuento y que bien que lo encontre, me faltaba leer el final, gracias
ResponderEliminarcuando estaba en el primer grado de primaria mi mama me regalo este cuento pero cuando creci se deciso de el y la verdad es q al leerlo hoy fui recordando cada pag de el... gracias
ResponderEliminarPrecioso el cuento, de los de antes, debe ser un cuento muy antiguo.
ResponderEliminarSí, querida, de hecho debe serlo aunque como lo encontré por el ciberespacio no tengo referencias de su procedencia. ¿Todo bien? Dale besitos en el hocico a todos tus bichines :*
ResponderEliminaresta muy bonito este cuento pero sobre todo me hizo recordar a mi amada mama (abuelita) que siempre nos lo contaba a mis hermanos y a mi !!!!! grcias
ResponderEliminarYo tenía un libro con este cuento, pero por más que lo busco no lo encuentro tal como lo recordaba. Era una edición ilustrada con dibujos de acuarela, creo. Eran de bella calidad. Ni siquiera recuerdo la editorial, pero me encantaría reencontrar esa edición. Saludos
ResponderEliminarcoincido con sarai yo tambiem tuve ese cuento asi como lo describe me gustaria tenerlo para mi hija espero puedas contestr de los cuentos q yo recuerdo q traia el libro son el barba azul,la ccenicienta, la gata blanca, el riquete del copete,uno de pavo reales q no recuerdo el nombre, el gato con botas y otro q no recuerdo el nombre era de una mujer q al ablar salian de su boca flores y piedras preciosas y por ultimo pulgarcito espero algien pueda ayudarme saludos.
ResponderEliminarquien es el autor
ResponderEliminarmmmm yo tengo el libro con dibujos de acuarela se llama el gran libro de los cuentos y la editorial es beascoa y tiene este cuento
ResponderEliminarYo tenia ese cuento cuando era niña, me lo leia mi abuela... Y estoy recordando esas imagenes era un libro muy grande y pesado que traia otros cuentos como el de barba azul y gato con botas entre otros. Pero la calidad de los dibujos estaban hermosos... Aún recuerdo todas las imagenes... si alguien sabe el nombre de ese libro publiquelo para poder conseguirlo... me encantaria volver a tenerlo...
ResponderEliminarEl significado del gato negro en los cuentos...
ResponderEliminarEs considerado como un animal mágico, desde Egipto que eran considerados sagrados y si llegaban hacerles daño el crimen era pagado con la muerte . En la Edad Media desafortunadamente se les relaciono con la brujería, (aun estos tiempos se les considera las mascotas de brujas) ellos pensaban que las brujas se transformaban en gatos, así los gatos eran perseguidos, apresados y quemados (no solo a los negros si no en general a cualquier gato), haciendo que las poblaciones de ratas se incrementaran en cada ciudad (de ahí se origino la peste negra, todo por su tontería de matar a los gatos).
Actualmente siguen muchas supersticiones sobre los gatos negros y mucha aun les teme ya que son sinónimo de maldad.
De hecho tiene tanto peso en la sociedad que Edgar Allan Poe lo retoma para uno de sus cuentos mas famosos “El gato negro”que habla de como un persona cambian drasticamente de ser una persona bondadosa en una persona cruel he insensible. El cual mata a su mascota mas querida (el gato negro) en un ataque de ira y ese mismo recuerdo no lo deja vivir.
awwww!! ace años lo e buscado y no lo e encontrado en las librerias, lo lei de niña! el principe se llama ivar y si mal no recuerdo el y la princesa regresaron donde el rey y les dieron un reino a cada uno de sus hermanos para k el rey siguiera gobernandopor muchos años mas :)
ResponderEliminarExcelente cuento
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