lunes, 14 de septiembre de 2009

El libro de los gatos

Este manuscrito se encuentra en la Biblioteca Nacional de España, Madrid, (129.A. [hoy Ms. 1182]). Allí se conserva un códice en 4º escrito en papel y de letra al parecer de principios del siglo XV, intitulado Libro de los enxemplos. Las treinta y tres hojas primeras del códice contienen ejemplos morales, precedidos de un texto latino y su correspondiente traducción en verso castellano. Cada ejemplo está seguido de un pequeño cuento que ilustra la moralidad allí referida. Al folio 135 se halla una colección de apólogos y cuentos con este epígrafe: Aquí comiença el libro de los gatos, e cuenta luego un enxemplo de lo que acaesció entre el gallápago e el águilla. Este último tratado, que está incompleto hacia el fin, es anónimo como el primero, pero hay en él giros y modismos que nos recuerdan la prosa de Don Juan Manuel. El manuscrito no presenta ilustraciones, ni letras coloreadas o grandes (letra volada). Cada nuevo ejemplo aparece espaciado por dos líneas, precedido de un número y un título. La crítica más reciente ha descubierto que el manuscrito que se halla en la Bilioteca Nacional es una traducción de las Fabulae o Narrationes del escritor anglo-latino Odon de Cheriton, del siglo XIII. Encontramos una diferencia entre ambas: las moralejas que se dan en la versión española apuntan a ser obra de un escritor español.

A continuación, se presentan algunos capítulos de esta obra:
IX. Enxemplo del gato con el mur.
En un monesterio habia un gato que habia muerto todos los mures del monesterio, salvo uno que era muy grand, el cual non podia tomar. Pensó el gato en su corazón en qué manera lo podria engañar que lo podiese matar; é tanto pensó en ello que acordó entre sí que se ficiese facer la corona, é que se vistiese hábito de monje, é que se asentase con los monjes á la mesa, é estonce que habria derecho del mur; é fízolo ansí commo lo habia pensado. El mur desque vió el gato comer con los monjes, hobo muy grand placer, é cuidó, pues el gato era entrado en religion, que dende adelante que le non faria enojo ninguno, en tal manera que se vino don mur á do los monjes estaban comiendo, é comenzó á saltar acá é allá. Estonce el gato volvió los ojos commo aquel que non tenia ya ojo á vanidad nin locura ninguna, é paró el rostro muy acorde é muy homildoso; et el mur desque vió aquello fuése llegando poco á poco, et el gato desque lo vió cabe sí, echó las uñas en él muy fuertemente, é comenzóle á apretar muy fuertemente la garganta . E dijo el mur: "¿Por qué me faces tan grand crueldad que me quieres matar, siendo monje?" Estonce dijo el gato: "Non prediques agora tanto, porque yo te deje; ca, hermano, sepas que cuando me pago só monje, é cuando me pago só calonje, é por esto fago ansí." Ansí es de muchos clérigos é de muchos ordenados en este mundo, que non pueden haber riquezas nin dignidades nin aquello que cobdician haber; estonce facen una herejía, ca fíngense de buenos é de santos, é en sus corazones son muy falsos, é muy cobdiciosos, é muy amigos del diablo, é fácense parescer al mundo tales como ángeles; et otros ha y que se meten á ser monjes por tal que les fagan priores é obispos, et por esto fácense corona, é vístense hábitos, porque puedan tomar alguna dignidad, así commo tomó el gato al mur; et maguera entiendan despues que lo han habido falsamente, por mucho que los otros prediquen que lo dejen no lo quieren dejar. En esta manera el araña fila sus telas, é ordida su trama, consúmese toda por tomar una mosca, et despues que la ha tomada, viene un viento é lleva la tela é la araña é la mosca. Ansí es de muchos clérigos escolares, que van á la corte á veces desnudos, é con grandes calenturas, é frios, é nieves, por muchos montes, por valles, é trabajando mucho, quebrantando sus carnes é sus cuerpos por cobrar algun beneficio, et despues viene la muerte é llévalo todo.

XXXVII. Enxemplo del leon con el gato.
Una vegada convidó el leon á todas las animalias á comer, é convidó al gato que era su amigo é era homme muy honrado, é preguntó el leon que de qué vianda comia mas de grado, é él respondió: "Ratos é mures." E pensó el leon que pues el gato se pagaba dello, que les daria comer de aquella vianda á todos los otros; ansí que fizo traer muchos manjares de ratos é de mures, é el gato comió muy bien dellos, mas todos los otros comenzaron á murmurar é fablar entre sí: "¿Qué es esto que nos da á comer?" Et por esto fué el ayantar menospreciado é abiltado. Ansí es de muchos que facen muchos convites, é acaéscelos que convidan algunos gatos, que se entienden por algunos hommes que non se pagan de ningun placer sinon de decir algunas suciedades por haber la gracia de algunos, ó por llevar algo que les pluga, ó non facer aquella grand fiesta, é uso ansí facer fasta la muerte, et por tal que se pueden en este mundo embeodar é hinchir los vientres de vianda é en suciedades é en pecados, dan las ánimas á los diablos.

XL. Enxemplo de la gulpeja con el gato.
La gulpeja una vegada iba por un camino é encontró al gato é díjole: "Amigo, ¿cuántas maestrías sabes?" E respondió el gato: "Non sé sinon una." E dijo la gulpeja: "¿Cuál?" Dijo el gato: "Cuando los canes me van por alcanzar súbome en los árboles altos." Et dijo el gato á la gulpeja: "¿E tú cuátas sabes?" Dijo la gulpeja: "Diez y siete, é aun tengo un saco lleno, é si quisieres ven conmigo é mostrarte-he todas mis maestrías, que los canes non te puedan tomar." Et al gato plúgole mucho é otorgógelo é fuéronse amos en uno. Ellos de que se fuéron oyeron los ladridos de los perros é de los cazadores, é dijo el gato: "Amigo, oyo los perros é he grand miedo que nos alcancen." Et dijo la gulpeja: "Non quieras haber miedo, ca yo te amostraré muy bien cómmo puedas escapar de ellos." E ellos fablando, íbanse acercando los canes é los cazadores. "Ciertamente, dijo el gato, non quiero ir mas contigo, mas quiero usar de mi arte." Estonce el gato saltó en un árbol, é los canes que vieron estar el gato en el árbol, dejáronle é fueron en pos de la gulpeja, é siguiéronla tanto fasta que la alcanzaron, é el un perro por las piernas, é el otro por el espinazo, é el otro por la cabeza, comenzáronla de despedazar. Estonce comenzó dar voces el gato que estaba en el alto: "Gulpeja, abre tu saco de todas tus maestrías, ca non te valdrán nada." Por el gato se entiende los simples é los buenos que non saben usar sinon de verdad, é de servir á Dios é facer obras para sobir al cielo. Et por la gulpeja se entiende los voceros é los abogados, ó los otros hommes de mala verdad que saben facer diez y siete engaños é mas un saco lleno, et despues viene la muerte que lieva á todos, tan bien á justos commo á pecadores. El homme justo salta en el árbol que se entiende por los cielos, é los engañosos é los malos son tomados de los diablos é llevados á los infiernos. Estonce puede decir el justo: "Gulpeja, gulpeja, abre el costal con todos tus engaños; non te podrian guarescer de los diablos." Dice Jesucristo en el Evangelio: "Quien se ensalza será humillado, é quien se humilla será ensalzado." Cualquier que en este mundo quisiere ser honrado con soberbia ó con pecado, en aquel otro mundo será abajado; et aquellos que en este mundo se quisieren humillar por su amor, serán en el otro mundo ensalzados en la gloria del paraíso.

LV. Enxemplo de los mures con el gato.
Los mures llegáronse á consejo é acordaon cómmo se pondrian guardar del gato, é dijo el uno que era el mas cuerdo que los otros: "Atemos una esquila al pescuezo del gato, é podernos hemos muy bien guardar del gato, que cuando él pasare de un cabo á otro siempre oiremos la esquila." Et aqueste consejo plugo á todos; mas dijo uno: "Verdad es, mas ¿quién atará la esquila al pescuezo del gato?" E respondió el uno: "Yo non." Respondió el otro: "Yo non, que por todo el mundo yo non querria llegar á él." Ansí acaesce muchas vegadas que los clérigos ó monjes se levantan contra sus prelados, ó otros contra sus obispos diciendo: "Pluguiese á Dios que lo hobiese tirado é que hobiésemos otro obispo ó otro abad." Esto placeria á todos; mas al cabo dice: "Quien lo acusare perderá su dignidad ó fallarse-ha mal dende, (") et dice el uno: "Yo non." Dice el otro: "Yo non." Ansí que los menores dejan acusar á los mayores mas por miedo que non por amor.

4 comentarios:

  1. ¡¡Qué maravilla!!
    Gracias por descubrirme este manuscrito.

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  2. Un placer, además del de poder combinar el castellano antiguo con los mininos :)

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  3. Por cierto, que busco literatura de gatos en tu blog y encuentro estos cuentos encantadores. Pero no sé si conoces un texto precioso, "La Gatomaquia" de Lope de Vega, una parodia de los poemas épicos renacentistas donde los protagonistas son gatos urbanos, una preciosidad de humor y gracia. Saludos.

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  4. Gracias, me alegro mucho de que te guste mi blog. Al respecto de la gatomaquia sí que hay una entrada por ahí perdida, jeje

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