El Gato de Cheshire es un personaje ficticio creado por Lewis Carroll en su conocida obra Alicia en el país de las maravillas. Tiene la capacidad de aparecer y desaparecer a voluntad, entreteniendo a Alicia mediante conversaciones paradójicas de tintes filosóficos.
Una de sus características más singulares es que el Gato de Cheshire puede desaparecer gradualmente hasta que no queda nada más que su amplia sonrisa, haciendo notar a Alicia que muchas veces habrá podido ver a un gato sin sonrisa pero nunca a una sonrisa sin gato. La imaginación de Alicia, y también del lector, queda impresionada por la particular manera que tiene de hacer mutis por el foro el Gato, y su manera de esfumarse como un fantasma a su entera voluntad, unas veces gradual, otras bruscamente. Cuando realiza el prodigio de desaparecer casi por completo del árbol en que está encaramado, dejando como espectral residuo el ectoplasma de su sonrisa, el asombro de la niña llega al colmo "¡Esto sí que es bueno!¿una cosa es un gato sin sonrisa, pero otra muy distinta, una sonrisa sin gato!¡Es lo más rato que he visto en mi vida!".
El gato es la guía que ayuda cuando Alicia le necesita. Es el arquetipo del sabio que ya ha recorrido muchos caminos y que se ríe de la curiosidad del joven, porque es la misma que él sintió algún día, hace mucho tiempo. Todas las personas nos preguntamos en algún momento hacia donde ir y nos molesta la lógica del gato, absurda pero innegable. El gato es una especie de Destino, aparece y desaparece cuando quiere, sin darnos cuenta puede estar presente a nuestras espaldas. En el capitulo del juego de croquet, vemos que el gato está también por encima de la ley, y que se niega a hacerles reverencias a los reyes. El gato aparece justo en el momento en que Alicia se encuentra en más dificultades.
¡Dios!
ResponderEliminarMe encanta el Gato Burlón. Siempre me gustó su sonrisa desvaneciéndose en el aire, semejante a una luna.
¡¡Quién pudiera perderse en el País de las Maravillas!!
Pues fíjate que a la gente le suele dar más bien mal rollo. A mí lo que más me gustaría es tenerlo de guía espiritual, falta me hace.
ResponderEliminarA todos nos vendria bien un poco de su sabiduría. Vámonos las dos a través de la Madriguera, que volveremos con algo aprendido.
ResponderEliminarEso o una sesión sado de Hello Kitty, jaja
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